El bruxismo es una enfermedad que puede pasar desapercibida. Esto se debe a que no se le da la importancia correcta puesto que solo se ve como un hábito
El bruxismo dental es el término con el que se conoce comúnmente al apretar y rechinar de dientes. Ésta patología se puede producir durante el día como durante la noche de una manera inconsciente al dormir. Es más habitual y más difícil de controlar el bruxismo relacionado con el sueño.
Las personas que lo padecen aprietan fuertemente los dientes y pueden hacer movimientos de atrás hacia delante y viceversa, produciendo el desgaste de las piezas dentarias. El bruxismo dental puede provocar que los dientes duelan o se aflojen. Además de desgastar el hueso que soporta el diente y causar problemas de articulación.
El hábito de apretar los dientes trae deformaciones o problemas musculares. Las cuales afectarán potencialmente a la fuerza de tu mordida e incluso causa fracturas de dientes.
¿Qué puede provocarlo?
No hay consenso sobre la causa exacta del bruxismo, el estrés durante el día puede ser el desencadenante en muchos casos. Incluso puede ocurrir que algunas personas aprieten sus dientes y nunca sienten síntomas, aunque exista cierto grado de deterioro en sus piezas dentales.
El hecho de que esta patología cause dolor y tenga otras consecuencias, puede ser la resultante de una combinación de muchos factores, como por ejemplo:
- El nivel de estrés al que está la persona experimente
- El tiempo y la fuerza con la que aprieta o rechina sus dientes
- Si tiene los dientes desalineados, lo que se conoce como mala oclusión dental
- Su capacidad de relajarse
- La dieta y el tipo de alimentos que ingiere
- Sus hábitos al dormir
Este hábito afecta la salud bucodental de cada persona de manera diferente
¿Qué consecuencias trae?
Las consecuencias del bruxismo van desde la hiperestesia dental, que es el nombre de la sensibilidad excesiva de los dientes cuando la dentina queda al descubierto debido al desgaste. También puede causar desequilibrios importantes en la articulación temporomandibular, problemas para deglutir, movilidad dental y pérdida del diente.
Estas deben ser tratadas por un odontólogo pero las causas que las originan deben ser evaluadas por un psicólogo.
El llamado comportamiento bruxópata supone una hiperactividad de algunos músculos maseteros y temporales que puede conducir a la hipertensión de los músculos de la nuca y el cuello. Lo que causa de forma inmediata dolor en la cara e incluso, problemas en las cervicales y en la espalda, que en algunos casos puede estar acompañada de otras manifestaciones como vértigos o mareos.
Síntomas de esta patología
- Contracciones rítmicas de los músculos de las mandíbulas
- Actividad de la musculatoria masticatoria (cuando no se está ingiriendo alimentos)
- Sonido de rechinado de los dientes (especialmente durante la noche, incluso durante una siesta). En este punto es muy valioso el aporte que puede hacer la pareja o la familia
- La sensación de tensión o dolor en el área de las mandíbulas
- Inflamación (ocasional) del lado inferior de la mandíbula
- Desgaste de las piezas dentales
- Fracturas de dientes o muelas
- Ruidos oclusales
- Hipersensibilidad en los dientes a bebidas frías o calientes (por abrasión o pérdida de esmalte)
- Fatiga muscular
- Dolor muscular (en la cara, cuello, oídos o parte alta de la espalda)
- Disfunción del aparato auditivo, como sensación de pitido o tinitus
Prevención
En personas propensas a tener bruxismo la reducción del estrés y la ansiedad con ejercicio o con técnicas de relajación pueden disminuir esta afección. Sin embargo, no existen otras medidas que ayuden a prevenir la aparición del bruxismo.
Tratamientos
Las terapias que se aplican para tratar el bruxismo están orientadas a la reducción del dolor, la prevención del desgaste de las piezas dentales y los daños permanentes en la mandíbula y la disminución del rechinamiento de los dientes.
El tratamiento se sustenta en tres pilares:
- Medidas generales: Aunque el bruxismo no se soluciona sí se pueden adoptar ciertos hábitos para mejorarlo:
- Realizar una dieta blanda, que no obligue a masticar y a activar el músculo. Por eso se aconseja evitar comer chicle, frutos secos, alimentos crudos, carnes o alimentos que obliguen a masticar mucho.
- Aplicar calor local en la zona de los músculos maseteros y temporales para relajar las fibras musculares una hora antes de acostarse.
- Medidas de higiene del sueño: dormir todos los días las mismas horas, acostarse a la misma hora, evitar sustancias estimulantes antes de dormir.
- Ejercicio físico, que ayuda a relajarse y a que el sueño sea más reparador. Entre la actividad que se puede realizar conviene también incorporar yoga o pilates para ayudar a la persona a relajarse.
- Férula de descarga o miorrelajante: Se trata de un dispositivo rígido de acrílico que se coloca en la arcada superior. “La férula está diseñada para que cuando la persona apriete los dientes la mandíbula se adelante un poco, descienda a nivel posterior y se coloque en una posición de descarga o de relajación muscular. De esta forma la articulación y el músculo se descomprimen”. No obstante, Sánchez-Jáuregui añade que no es eficaz al cien por cien en todos los pacientes pero sí funciona bien en el 80% de los bruxistas. La férula la realizan los protésicos dentales a medida con las medidas indivualizadas que toman los dentistas, quienes ajustan la férula para que beneficie a la persona, y revisan cada cierto tiempo que sigue siendo útil, añade Castro. Estas férulas pueden utilizarse, si es necesario, también durante el día.
- Fisioterapia: La contractura que produce el bruxismo en los músculos maseteros, temporales y pterigoideos puede ser tratada por un fisioterapeuta al igual que se tratan las contracturas en otros músculos.
Sus efectos desaparecen a los 4 ó 6 meses, pero durante ese tiempo la persona con bruxismo se encuentra mejor.